
Salmo 94:18-19 – Dios te dará alegría

Muchas veces, como cristianos, tendemos a concentrarnos tanto en lo que salió mal en lugar de mirar hacia adelante y mirar más allá del mal. Todo este enfoque eventualmente conduce a un patrón de pensamientos autodestructivos donde los sentimientos negativos dominan a los positivos. Esto sucede normalmente cuando pierdes de vista a Cristo en su vida. Por ello quiero recordarte el Salmo 94:18-19.
Cosas como la ansiedad, el estrés y la preocupación normalmente son causadas por la falta de paz y quietud en la vida. Donde al enfocarnos únicamente en las circunstancias, olvidamos momentáneamente las capacidades de Aquel que es el Príncipe de Paz. Es obvio que no esperará un resultado positivo cuando te concentres solo en tus circunstancias porque a través de eso, también te apoyarás más en tus capacidades o falta de ellas.
Está escrito en las Escrituras que para el hombre es imposible porque nuestras difíciles circunstancias son el resultado de los poderes y principados del mundo oscuro. La guerra espiritual que enfrentamos todos los días de nuestra vida. Espíritu y carne, es real.
Es al tener nuestros ojos fijos en Cristo que podemos tener gozo y paz incluso en las situaciones más difíciles. El enemigo está aquí para robar, matar y destruir tu alegría y paz distrayéndote. Sus tramas y desnates nunca terminan y siempre evolucionan.
Cuando alguna vez dije: «Mis pies resbalan», tu amor, Señor, vino en mi ayuda. En medio de las preocupaciones que se agolpan en mi mente, tú me das consuelo y alegría. — Salmo 94:18-19 DHH94PC

Como seres humanos somos imperfectos y, como resultado, estamos destinados a resbalar aquí y allá. Esta bien. El mundo no se acabará solo porque resbalaste. Recuerda el Salmo 94:18-19, Dios ha sido fiel, te ha ayudado, te dará alegría y consuelo
Un atleta en un maratón no abandona una carrera solo porque resbaló y se cayó, simplemente se levanta y sigue corriendo. La verdad es el amor de Dios y la misericordia es para la eternidad y su gracia abunda aún más donde están el pecado y la tentación. Este gran consuelo es la razón por la cual, incluso en situaciones extremas, todavía podemos permanecer alegres porque sabemos que a pesar de todo lo que enfrentamos, Dios nos ama y no hay nada mejor en este mundo que eso.