Salmo 34:7 – El Ángel del Señor
Los ojos del Señor están para siempre sobre aquellos que esperan en su amor inagotable. El Salmo 34:7 es un recordatorio de ello.
Dios envía ángeles ministradores para proteger a sus hijos, y a quienes confían en su nombre. Los ángeles de Dios son siervos ministradores enviados para prestar servicio a los que serán herederos de la salvación. Son una llama de fuego que actúa como defensa contra las fuerzas invisibles del mal y están en guardia contra los espíritus malévolos que buscan hacernos daño.
Empleados en la adoración continua y el servicio gozoso del Señor todopoderoso, estos ángeles a menudo se dedican a servir a los que llevan la imagen y semejanza del Señor, además de estar empleados en el conflicto angélico contra los poderes de las tinieblas, que buscan usurpar el autoridad de Dios y calumnia su santo nombre.
El ángel del Señor protege y salva a los que honran al Señor — Salmo 34:7
En el Salmo 34:7, leemos de un ángel muy específico: “El ángel del Señor”. Esto no es simplemente una referencia a uno de los muchos espíritus ministradores de Dios. Esta es una alusión al eterno Hijo de Dios; La Tercera Persona de la Santísima Trinidad; El Espíritu Santo que acampa alrededor de los que le temen y los libera a todos.
En un mundo que experimenta guerras, rumores de guerra y peligros de todo tipo, es reconfortante saber que Dios ha prometido proteger a su pueblo. Puede que no todos estemos en la primera línea de una guerra natural, pero todos nos enfrentamos a un enemigo que tiene la intención de robar, matar y destruir. Sin embargo, siempre debemos recordar que nuestro Dios es más poderoso que el diablo. Y cuando hacemos de Dios nuestro refugio, tenemos seguridad en él. Al igual que un bebé recién nacido envuelto en una manta cálida y segura, Dios nos envuelve en su amor, poder y protección. Por lo cual puedes declarar el Salmo 34:7 sobre tu vida y confiar en que el ángel del señor te protegerá.