
Salmo 128:1 – La obediencia a Dios produce felicidad

Algo que muchos nos cuesta mucho hacer, es ser obedientes; somos, por naturaleza, propensos a desobedecer porque nos consideramos superiores a los demás y nos gusta demostrar que todos se equivocan menos nosotros. Pero de acuerdo al Salmo 128:1 la obediencia produce felicidad.
La Palabra nos habla en reiteradas ocasiones sobre la importancia de la obediencia, y vamos a partir del principio: obedecer a los padres. Sé que cuando somos niños no cuestionamos la autoridad de nuestros progenitores. Son pocos los casos de niños que desafían la autoridad de sus padres y cuando esto sucede es porque están siendo influenciados por cuestiones externas. Sin embargo, lo natural es que los hijos imitan lo que sus padres hacen y es allí donde nace la obediencia.
Si somos obedientes y moldeamos en ellos ese maravilloso atributo entonces traemos a sus vidas bendición. Si nosotros como padres no logramos demostrar a través de nuestra manera de vivir el ser obedientes, entonces ellos aprenderán nuestro ejemplo y, lastimosamente, nosotros mismos seremos culpables de su mal carácter, sus malas acciones y malas decisiones.
La obediencia a Dios produce felicidad
Feliz tú, que honras al Señor y le eres obediente.
Salmo 128:1 DHH94PC
Para poder ser obedientes debemos reconocer que Dios es superior a nosotros. Debemos entender, al igual que lo hizo David en el salmo 128:1, reconocer que Dios merece todo honor y toda gloria, que con todo nuestro ser debemos alabarle y glorificarle a través de nuestro estilo de vida; si logramos que nuestro ser alabe a Dios entonces seremos bienaventurados y veremos cosas maravillosas como los beneficios que nos da, el perdón, la sanidad, sus favores y misericordias.
Otra de mis versiones favoritas dice:

Bienaventurado todo aquel que teme a Jehová, Que anda en sus caminos.
Salmo 128:1 RVR1960
Te invito a que medites hoy si reconoces a Dios como el centro de tu vida; que analices si le glorificas con tu estilo de vida y si eres obediente a sus mandatos. Si no es así; hoy es el día darle un giro a tu vida y ser obediente a Dios.Te invito a que juntos elevemos una oración delante de Dios:
Amado Dios y Rey, soberano creador de todo lo que existe; nos presentamos delante de tu presencia para alabarte y glorificarte, para darte honor y gloria porque sabemos que solo tu lo mereces; en el nombre de Jesucristo queremos pedirte que nos ilumines cada día a través de tu Santo Espíritu, que transformes nuestro ser para poder ser obedientes a tu voz y hacer aquello que nos mandas a través de tu Palabra; guíanos hacia toda fuente de verdad, amén.