Oseas 2:14 – ¿Porqué Dios nos lleva al desierto?
Cuando Dios elige a una persona para encomendarle una misión, comienza haciéndolo su amigo y confidente. Muy naturalmente, la lleva aparte para murmurarle sus secretos, porque Dios no habla en voz alta, En Oseas 2:14 encontramos un ejemplo de ello.
Así lo hizo Dios con Moisés, Elías, Oseas, Juan Bautista; e incluso el Señor Jesús pasa cuarenta días en el desierto antes de proclamar el Reino de Dios. En la Biblia, cada envío a una misión generalmente está precedido por un retiro en el desierto.
Quizás nos preguntemos por qué Dios prefiere elegir el desierto, un lugar árido, áspero e inhóspito. De hecho, la razón profunda del tiempo que debemos pasar por un desierto está determinada por la naturaleza misma de la misión y la intimidad que Dios quiere tener con nosotros.
Pero he aquí que yo la atraeré y la llevaré al desierto, y hablaré a su corazón. — Oseas 2:14 RVR1960
¿Porqué Dios nos lleva al desierto?
Es precisamente en el desierto donde experimentaremos nuestras limitaciones y nuestra pobreza antes de recibir la revelación de la mansedumbre de Dios.
A veces, puede que nos encontremos en en un desierto, donde no hay nada más que polvo y todo está seco. Quizás, hay un área de nuestras vidas en este momento que está seca. Y mientras soportamos caminar por el desierto, nos preguntamos por qué Dios permitiría que llegáramos ahí. Pero es justamente en el desierto donde Dios nos forjará y hablará a nuestros corazones, como podemos leer en Oseas 2:14.
Cuando camines por el desierto y te sientas al borde del colapso o la muerte, serás tentado a demandar señales de Dios para comprobar si existe y si no te ha olvidado. Serás tentado a murmurar contra Él y olvidar las maravillas que ha hecho en el pasado. Pero recuerda que todo es parte de un plan perfecto de Dios para hacer que nos despojemos de nosotros y que pueda hablar a nuestro corazón para revelarnos sus planes.