No te rindas – Juegas un papel único en la historia de Dios
No te rindas, ¡Lucha! Dios no nos llamó a ninguno de nosotros a ser víctimas de nada. Nos llamó a ser “más que vencedores”. También dijo que nos hace triunfar en Cristo.
Somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.
Romanos 8:37 LBLA
Si te encuentras siendo víctima de algo, Dios te promete una vía de escape. Pero, solo puedes encontrar la ruta de escape a través de Él. Ninguno de nosotros debe sentarse y agitar la bandera blanca de la rendición a los problemas y circunstancias. Pero debemos luchar en oración, armados con la Palabra y la fe, y actuando con la Palabra. No te rindas, recuerda que en la palabra de Dios podemos encontrar una armadura perfecta para enfrentar nuestras batallas.
Y ahora, hermanos, busquen su fuerza en el Señor, en su poder irresistible. Protéjanse con toda la armadura que Dios les ha dado, para que puedan estar firmes contra los engaños del diablo. Porque no estamos luchando contra poderes humanos, sino contra malignas fuerzas espirituales del cielo, las cuales tienen mando, autoridad y dominio sobre el mundo de tinieblas que nos rodea. Por eso, tomen toda la armadura que Dios les ha dado, para que puedan resistir en el día malo y, después de haberse preparado bien, mantenerse firmes. Así que manténganse firmes, revestidos de la verdad y protegidos por la rectitud. Estén siempre listos para salir a anunciar el mensaje de la paz. Sobre todo, que su fe sea el escudo que los libre de las flechas encendidas del maligno. Que la salvación sea el casco que proteja su cabeza, y que la palabra de Dios sea la espada que les da el Espíritu Santo. No dejen ustedes de orar: rueguen y pidan a Dios siempre, guiados por el Espíritu. Manténganse alerta, sin desanimarse, y oren por todo el pueblo santo.
Efesios 6:10-18 DHH94PC
Tu juegas un papel único en la historia de Dios, ¡No te rindas!
Encuentra todos los versículos que necesites que se relacionen con tu circunstancia y lanza tu batalla. Ora sin cesar. Toma las acciones apropiadas. No te rindas y confía en que Dios te ayudará. ¡Mantente firme y no cedas!
Solo podemos tener verdaderas victorias en Él y a través de Él. No te rindas, si tu confías en Dios tienes asegurada cualquier batalla.