
No hay amor más grande

Amarnos unos a otros no es cuestión de sentimientos cálidos y confusos, rodillas débiles y corazones palpitantes. En la Biblia, la palabra Amor resalta entre todas las palabras de la Escritura, Dios mismo es Amor, y todo lo que ha hecho, hace y hará, nace en este perfecto Amor. Y no hay amor más grande que el de Dios por nosotros.
Como seguidores de Jesús, sabemos que el amor no es algo que podamos optar por hacer o no hacer. Es un mandato de nuestro Maestro, quien nos mostró cómo amar. Si nos preguntan por qué mostramos amor, podemos responder: “Porque somos discípulos de alguien que nos ama. Lo hacemos por el amor de Jesús”. Es más, podemos mostrar amor solo por el poder del Espíritu Santo obrando en nosotros. Entonces seremos capaces de ver que estamos sirviendo a Cristo amando a las personas con las que interactuamos y servimos.

No hay amor más grande que el de Dios por nosotros.
Dios no nos ama de una manera que nos haga supremos, sino que se hace a sí mismo supremo. El cielo no será una sala de espejos, sino una visión creciente de infinita grandeza. Llegar al cielo y descubrir que somos supremos sería la máxima decepción.
No hay amor más grande que el de Dios. El amor más grande se asegura de que Dios haga todo de tal manera que mantenga y magnifique su propia supremacía para que, cuando lleguemos al cielo, tengamos algo para aumentar nuestro gozo para siempre: la gloria de Dios. El amor más grande es el que Dios se entrega a nosotros para nuestro disfrute eterno, a costa de la vida de su Hijo.
El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?
Romanos 8:32 RVR1960
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
Juan 3:16 RVR1960
Eso es lo que quiere decir cuando dice que nos ama y nos perdona por amor a su propio nombre. Sin duda alguna no hay amor más grande que el de Dios por nosotros.