
Imitar a Cristo – El deber de todo cristiano

La imitación implica no solo copiar el comportamiento externo, sino también replicar la motivación interna. Cuando imitamos a Cristo, no solo hacemos lo que Él hizo, como orar, sino que también lo hacemos por la misma razón. Jesús oró porque amaba a su Padre y a aquellos por quienes oró. Podemos cometer el error de tratar de imitar a Cristo en acciones, pero sin sus motivos y carácter.
Debemos tener una relación profunda con Cristo, una relación viva marcada claramente por nuestra obediencia, sumisión y amor por el Señor. Sin amor, todas nuestras acciones, no importa cuán impresionantes o persuasivas sean, no serán nada; serían simplemente una mímica. Las motivaciones detrás de nuestras acciones determinarán si realmente queremos imitar a Cristo. El mimetismo surge cuando no hay una relación viva con el Señor, cuando la gente trata de hacer cosas por Él sin venir a Él, tomar su yugo y aprender de Él.
¿Cómo imitar a Cristo?
¿Cómo podemos hacer crecer esta relación viva con Jesús? Acercándonos a Él; conociéndolo a Él, su voz, su carácter y su voluntad; buscando ser como él; y ser obediente a él. Eso es lo que significa amar a Jesús con todo nuestro corazón.
Nuestro amor por Jesús comienza como algo que ninguna circunstancia externa puede superar, luego crece en una comunión constante con Jesús y finalmente encuentra su plenitud exclusivamente en Cristo. En otras palabras, nuestro amor por Jesús crece cuando no permitimos que las circunstancias externas o los pensamientos y deseos internos nos distraigan, de modo que nuestro enfoque y gozo más profundos provengan de nuestra relación con Él. Así amaba a su Padre. Cuando aprendamos a amar a Jesús de esta manera, seremos capaces de dejar fluir su amor y tocar todas nuestras relaciones con los demás. Así es como podemos imitar a Cristo.

Si vas a imitar a alguien que sea a Cristo
En todo lo que hacemos, debemos mostrar el amor de Jesús. Es este amor el que permite que todas nuestras acciones sean verdaderas imitaciones de las de nuestro Señor. Jesús dijo:
Como el Padre me ha amado, así también yo os he amado; permaneced en mi amor.
Juan 15:9 RVR1960
Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros.
Juan 13:34 RVR1960
Estas dos instrucciones dejan en claro que debemos amar de la manera en que Jesús nos ama, que es la misma manera en que el Padre lo ama. Es este estándar de amor el que valida todos nuestros actos de rectitud y piedad. ¿Y tu estas listo para imitar a Cristo?