Habacuc 2:3 – Llegará en el momento preciso
La paciencia no es lo mismo que la indiferencia; la paciencia transmite la idea de alguien tremendamente fuerte y capaz de resistir todos los asaltos. Tener la visión de Dios es la fuente de la paciencia porque nos da la verdadera y adecuada inspiración de Dios. Habacuc 2:3 nos recuerda que debemos esperar pacientemente las promesas de Dios.
Aún no ha llegado el momento de que esta visión se cumpla; pero no dejará de cumplirse. Tú espera, aunque parezca tardar, pues llegará en el momento preciso. — Habacuc 2:3 DHH94PC
Una persona que tiene la visión de Dios no está dedicada a una causa ni a ningún tema en particular; está dedicada a Dios mismo. Siempre sabes cuándo la visión es de Dios debido a la inspiración que la acompaña. Las cosas te llegan con grandeza y agregan vitalidad a tu vida porque todo es energizado por Dios. Él puede darte un tiempo espiritualmente, sin ninguna palabra de Él mismo, tal como lo experimentó Su Hijo durante Su tiempo de tentación en el desierto. Cuando Dios haga eso, simplemente aguanta, y el poder de perseverar estará allí porque verás a Dios.
Aunque se demore, espéralo, así nos lo dice la palabra de Dios en Habacuc 2:3. La prueba de que tenemos la visión es que estamos tratando de alcanzar más de lo que ya hemos comprendido. Es malo estar satisfecho espiritualmente.
El profeta Habacuc sabía muy bien todo esto. Escribió sobre cómo esperaba que Dios le hablara. Se quedó mirando esperando a Dios y se comprometió a esperar sin importar cuánto tiempo fuera. Cuando Dios le habló a Habacuc, le aseguró que tenía el control y que todas las cosas iban de acuerdo con su plan.
Es difícil esperar, pero Dios sabe lo que está haciendo. Él tiene el control. Recuerda las palabras en Habacuc 2:3. Solo necesitamos confiar en Él que en su tiempo se hará lo que Él quiere que se haga. Seamos diligentes en esperar en el Señor.