Gracias Dios

A veces necesitamos detenernos y decir decir Gracias Dios por todas las cosas que no sucedieron, por lo que detuviste y que ni siquiera sabíamos.

Es posible que no siempre lo veamos o lo sintamos, a veces podemos olvidar que está ahí, o incluso preguntarnos si Dios nos dejó para que nos las arreglemos por nosotros mismos en las situaciones difíciles de la vida. Pero su protección es real. Él ve lo que nosotros no podemos ver. Él sabe lo que quizás no sepamos. Y si le pertenecemos a Él, podemos confiar, Él está con nosotros, en cada paso, yendo delante de nosotros y cubriendo nuestras espaldas también.

Sin embargo, en un mundo oscuro, a menudo se le culpa por muchas cosas que se arremolinan a nuestro alrededor. “¿Por qué Dios permitió que eso sucediera? ¿Por qué no hizo algo diferente? ¿Por qué Dios hizo que eso sucediera?”. Y olvidamos decir Gracias Dios por las cosas buenas.

Pero la verdad es que a menudo no tenemos idea de cuánto nos ha protegido, cómo está trabajando continuamente en nuestro nombre, incluso detrás de escena donde no podemos ver. Siguiéndonos y Persiguiéndonos. Para traer una gran bendición y mostrarnos el camino.

Él promete tomarnos de la mano, nos recuerda que no tengamos miedo y nos asegura que nos ayudará, nos pide que confiemos en Él pues el siempre tiene el control de nuestras vidas.

Nunca nos quedamos solos para tratar de resolver todo, no nos quedamos para pelear nuestras batallas con nuestras propias fuerzas. Ese camino está lleno de baches de preocupaciones y cargas. Te hará tropezar, te agotará.

El camino de Dios es mejor. Lleno de seguridad, paz, seguridad y todo lo que este mundo nunca podrá ofrecer por completo.

Confía en Él, incluso cuando sea difícil entenderlo todo, y cree que sus caminos son los mejores para ti. Y sobre todo nunca te olvides de decir Querido Dios Gracias por todo.

Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.

1 Tesalonicenses 5:18 RVR1960