El tiempo de Dios sea tu reloj

Es tiempo de reiniciar tu reloj, puedes usar el reinicio de tus tiempos para recordarte que todos los eventos de la vida dependen del período de tiempo correcto para que sucedan. Deja que el tiempo de Dios sea tu reloj.

Podemos decir que esto es cierto al observar el lado práctico de la vida. Por ejemplo, sabemos que si un bebé nace meses antes de su fecha de parto, estará enfermo y débil. También sabemos que si sacamos un pastel del horno antes de que termine de hornearse, tendrá un sabor crudo y blando y no será el dulce que teníamos en mente para servir a nuestros invitados.

Mientras aprendemos una nueva habilidad, rompemos un viejo hábito o deseamos que suceda un cambio en nuestra vida, podemos sentirnos tentados a rendirnos cuando las cosas no fluyen bien o lo suficientemente rápido.

Podemos pensar que tomamos la decisión equivocada al hacerlo en primer lugar. Cuando la verdad puede ser, simplemente no es el momento de Dios para que eso en particular suceda en nuestra vida. Es posible que necesitemos más práctica en nuestra habilidad o un mayor desarrollo de perseverancia y paciencia. Puede que estés poniendo a otras personas, lugares y cosas en línea.

Que el tiempo de Dios sea tu reloj y su voluntad tu camino

Creo que una de las cosas más desafiantes con las que tenemos que lidiar como creyentes es el concepto del tiempo de Dios y la voluntad de Dios. Necesitamos entender que su tiempo no es el nuestro. Dios opera en el reino de la eternidad. La eternidad no tiene limitaciones de tiempo, ni su voluntad esta sujeta a la nuestra sino que es lo opuesto, nuestra voluntad esta sujeta a la de Dios.

Recuerda que Dios te ama y que tiene un plan para tu vida y su voluntad es perfecta. No te canses porque las cosas no te están yendo lo suficientemente rápido o exactamente como planeaste. En lugar de presionar a Dios. No te apoyes en tu propio entendimiento, sino pídele al Espíritu Santo que te dé sabiduría, guía y dirección y deja que el tiempo de Dios sea tu reloj y su voluntad tu camino