JESÚS – El Gran Yo Soy
El Señor nos dice repetidamente en Su Palabra que Él es el gran “Yo Soy”. Me pregunté por qué nunca agregó nada más a la declaración. Sentí que Dios estaba siendo vago y omitiendo todos los detalles importantes y adjetivos impresionantes que podría haber usado para mejorar su propio currículum vitae. Sin embargo, decidió no hacerlo. En un mejor momento, la frase menos es más o abundancia simple tienen más verdad.
Dos pequeñas palabras de Dios sin adornos, poderosamente simplistas, dicen más acerca de este Dios más asombroso de lo que una novela completa podría decir. Nos aseguran que ningún rasgo que define a nuestro Dios podría quedar fuera. Este par de palabras lo dicen todo. La magnitud de eso es asombrosa.
Si las Escrituras hubieran agregado la enorme suma de grandeza necesaria para definir esas dos impactantes palabras, la Biblia se habría triplicado en tamaño. Las posibilidades son infinitas. ¡Simplemente no puedes enumerar todo lo que Dios es!
Sin embargo Jesús quiso profundizar un poco más para conocer quién es Dios, estos versículos son algunos de los muchos en donde se nos explica quién es Él.
Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, este lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.
Juan 15:5 RVR190
Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás.
Juan 6:35 RVR1960
Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.
Juan 8:12 RVR1960
Volvió, pues, Jesús a decirles: De cierto, de cierto os digo: Yo soy la puerta de las ovejas.
Juan 10:7 RVR190
Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas.
Juan 10:11 RVR1960
Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.
Juan 11:25 RVR1960
Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.
Juan 14:6 RVR1960
Imagina que Dios está con nosotros dondequiera que vayamos, en las buenas y en las malas, en las bendiciones y en las tormentas. No importa qué, Él está ahí. Él es un escudo de armadura frente a la adversidad, flotando sobre nosotros brindándonos seguridad y Su protección magistral. Nos sigue a todas partes. Él no nos abandonará. Esa es la dulce promesa de Dios. La Palabra de Dios no miente. Es nuestra garantía personal y cada palabra sigue viva gloriosamente hoy. Recuerda quién es Dios y confía en Él.