Él camina sobre el agua
En tiempos de prueba, puedes preguntarte: ¿Por qué yo? Quizás te preguntes cómo va a salir adelante. En mi propia vida, he tenido muchos desafíos que me hicieron preguntarme lo mismo. Lo único que me impidió rendirme fue el apoyo de mi familia y de mi Señor y Salvador, Jesucristo. Él camina sobre el agua. Él puede ayudarte a superarlo.
Cuando sientas que te ahogas recuerda que Él camina sobre el agua. Cuando los tiempos son difíciles, aquí hay algunas cosas que te ayudarán a salir adelante.
Este es el momento de comunicar realmente tus sentimientos, miedos y deseos de tu corazón. Cuando la vida te lanza una bola curva, la oración puede ayudar a traer paz mental cuando aparentemente nada más lo hará. No importa si es una oración formal que toma 15 minutos o una oración rápida de un minuto de camino al trabajo. Él está ahí y escuchará. Todo lo que tienes que hacer es preguntar y luego abrirle la puerta.
Después de tu oración, viene tu fe. Después de que hayas derramado tu corazón ante tu Señor, ten fe en que él te responderá, recuerda la palabra de Dios que nos recuerda que él camina sobre el agua.
Jesús hizo que sus discípulos subieran a la barca, para que cruzaran el lago antes que él y llegaran al otro lado mientras él despedía a la gente. Cuando la hubo despedido, Jesús subió a un cerro, para orar a solas. Al llegar la noche, estaba allí él solo, mientras la barca ya iba bastante lejos de tierra firme. Las olas azotaban la barca, porque tenían el viento en contra. A la madrugada, Jesús fue hacia ellos caminando sobre el agua.
Mateo 14:22-25 DHH94PC
Cuando los días estén llenos de estrés. Cuando los días estén llenos de tristeza. Cuando sientas que te ahogas recuerda que Él camina sobre el agua. Si solo tienes cinco minutos libres, cierra los ojos y lleva tu mente a un lugar que amas, eso te hace sentir completa alegría. Siente el aire, huele los aromas, prueba la dulzura, ve la belleza y escucha los sonidos pacíficos. Mientras haces esto, inhala profundamente por la nariz, luego exhala. Hacer esto durante solo cinco minutos al día puede ayudarte a recuperar la paz interior y ayudarte a sentirte más tranquilo y relajado.
El dolor y el sufrimiento son inevitables, pero no tienen por qué ahogarnos. Mañana es otro día, un nuevo comienzo, un nuevo comienzo para vivir, reír y amar. Cuando sientas que te ahogas recuerda que Él camina sobre el agua.