
Confiando en Dios

Sabemos en nuestra cabeza que Dios es bueno, pero el corazón lucha por creer. El enemigo de este mundo vende la mentira de que Dios no es bueno, que nos está ocultando. Esa es la misma mentira que le dijo a Eva en el jardín del Edén: Dios te está ocultando. No puedes confiar en Él. No morirás si ignoras Su dirección. Hoy quiero compartirles esta pequeña reflexión llamada Confiando en Dios.
Yo: Dios, ¿puedo hacerte una pregunta?
Dios: Claro
Yo: ¿Me prometes que no te molestarás?
Dios: Te lo prometo
Yo: ¿Por qué permitiste que me pasaran tantas cosas hoy?
Dios: ¿A qué te refieres?
Yo: Bueno, me levante tarde.
Dios: Si
Yo: Mi auto tardo mucho en arrancar
Dios: Ok
Yo: En el almuerzo hicieron mal mi sándwich y tuve que esperar
Dios: Huuummm
Yo: De camino a casa, mi celular se descargo, justo en cuanto contesté una llamada
Dios: Entiendo
Yo: Y para colmo de males, llego a casa con la intención de disfrutar mi maquina de masajes para pies y relajarme, pero no pude hacerla funcionar. ¡Nada me salió bien hoy! ¿Por qué me hiciste esto?
Dios: Déjame ver, el ángel de la muerte estaba en tu cama esta mañana, y tuve que enviar a uno de mis ángeles a luchar con el por tu vida. Te deje durmiendo mientras duró.
Yo (humillado): ¡Oh!
Dios: No dejaba que tu auto arrancara porque había un conductor ebrio en tu ruta que te hubiese chocado si fueras en camino.
Yo (apenado): ¡Enserio!
Dios: La primera persona que te preparo el sándwich hoy estaba enferma y no quería que te contagiaras, pues se que lo último que deseas es faltar al trabajo.
Yo (avergonzado): Ok
Dios: Tu celular se apagó porque la persona que te llamaba iba a dar falso testimonio de la llamada, y no permití que siquiera alcanzaras a hablar con ellos para protegerte.
Yo (suavemente): Ya veo Dios.
Dios: ¡Oh! Y la máquina de masajes. Tenía un corto que iba a causar un apagón en tu casa fundiéndolos fusibles. E Imagine que no querrías quedarte sin luz toda la noche.
Yo: Lo siento Dios.
Dios: No te apenes, solo aprende a confiar en mi… en todas las cosas, las buenas y las malas.
Yo: Confiaré en ti Dios.
Dios: Y no dudes que mi plan para tu día es siempre mejor que tu plan.
Yo: No lo haré Dios. Y solo déjame decirte ¡gracias por todo lo de hoy!
Dios: De nada hijo mío. Fue solo un día mas siendo tu Dios y adoro ver por mis hijos.
Mis planes para ustedes solamente yo los sé, y no son para su mal, sino para su bien. Voy a darles un futuro lleno de bienestar.
Jeremías 29:11
Sigue confiando en Dios, el siempre tendrá cuidado de sus hijos y aunque en ocasiones parece que Él no está cerca de nosotros, es todo lo contrario, ora para que Dios te revele sus planes y puedas seguir confiando en Dios.
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